En un acto cargado de sentimientos y sinceridad, el entrenador de Atlético Bucaramanga anunció su despedida este jueves 28 de noviembre durante una rueda de prensa en el estadio Américo Montanini. Acompañado de su esposa y del presidente del club, Óscar Álvarez Arévalo, el estratega dio por terminado un ciclo marcado por desafíos y logros, pero también por la ausencia de su familia.
Conmovido, el profesor expresó su gratitud hacia la institución, los jugadores y la hinchada, destacando que su decisión responde a una necesidad personal y familiar. En sus palabras más emotivas, explicó los motivos detrás de su salida:
“Hoy doy por terminado este ciclo para poder dedicarme a alcanzar el título y trofeo, el sueño más anhelado que es disfrutar de mi familia. He querido pedirle a mi esposa que me acompañe. Ha sido un año difícil desde lo familiar, de no estar cerca de mis hijos, de mi esposa. Apenas hasta hace 4 días Salomón me dijo papá, y hoy me voy con el corazón cargado de muchas emociones, pero hay un lado de mi corazón, de mi vida y mi alma que está requiriendo de ese afecto, de ese amor familiar, y ellos necesitan a papá y esposo en casa.”
El entrenador, quien asumió las riendas del equipo hace un año, deja tras de sí una destacada labor en la institución, consolidando un estilo de juego y llevando al club a la consecución de su primer titulo de liga. No obstante, enfatizó que las prioridades en su vida han cambiado, y que la decisión responde a un llamado interno de estar más cerca de sus seres queridos.
El acto concluyó entre aplausos y muestras de cariño de los presentes, mientras el profesor agradecía nuevamente al club y a los hinchas por el apoyo recibido. En el futuro inmediato, su enfoque estará en su familia, pero deja abierta la posibilidad de regresar al fútbol cuando las condiciones lo permitan.
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